El sol no salta repentinamente a la altura del cenit
Sitio web del Artista Visual Juan Pablo Ferlat, que muestra su obra y procesos, además de sus exposiciones, currículum y contacto.
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El sol no salta repentinamente a la altura del cenit

por Victoria Sacco

¿Sabés brillar?

CRUDO es el resultado de un extenso proceso de investigación
y producción artística, iniciado por Juan Pablo Ferlat en el año 2003. Ese año, comienza a realizar una serie de estadías en el noroeste de la Argentina. Conoce y aprende de la cultura indígena diaguita de la zona. Es un viaje de (auto)conocimiento. Explora el desierto sin instrumentos. Lleva sólo su cuerpo. Busca y recolecta San Pedro, cactus utilizado en la medicina tradicional andina por sus cualidades alucinógenas y sanado- ras. Pinta en su cuaderno con los pocos materiales que encuentra en su botiquín: antisépticos y desinfectantes. De esta forma elabora una serie dibujos. En ellos también aparecen hojas, tierra y todo insecto volador que pudiese inspirarle. En los dibujos los antisépticos dan cuenta del paso del tiempo y proyectan también su propiedad curativa. En medio de la inmensidad desértica Ferlat realiza sus rituales: dibuja, escribe y junta el material que luego le permitirá continuar con el traba- jo a su regreso a Buenos Aires.

 

Dionisos meets Apolo

Instalado en Buenos Aires, Ferlat aprende a realizar papel vegetal. Siguiendo su espíritu experimental, no tarda demasiado en desaprender la técnica clásica. Utiliza entonces otra fibra para obtener el papel (la del cactus de San Pedro) y abandona todas las herramientas industriales y mecánicas. Dedica largas y extenuantes jornadas de trabajo para obtener el papel. Produce trece papeles de distintos formatos. Algunos responden al tamaño de su cuerpo. Nuevamente, los pinta con desinfectantes. Que todo esté limpio y sano. Crea así – ¿sin saberlo? – los soportes materiales sobres los que volverá una y otra vez.

En 2005 comienza a experimentar digitalmente sobre ellos. Proyecta distintas figuras (Yantras y Mandalas) dando origen a una línea de trabajo, que no concluye en ese momento, pero que son el anteceden- te de los cuatro papeles que hoy integran esta muestra. Allí confluyen dos lógicas que podrían pensarse como antagónicas. Se produce el encuentro entre lo manual y lo digital, lo orgánico y lo tecnológico: Dionisos le estrecha la mano a Apolo.

O, como sostiene Charly Nijensohn:

“Así se empezaron a gestar una serie de obras, que siguiendo una línea antropológica, la expanden hacia una confluencia con las ciencias naturales y las tecnologías digitales expandidas”.

 

Sistema

Ferlat pertenece a una generación que creció entre computadoras, clases de programación y videojuegos. Estudió Diseño de Imagen y Sonido en la UBA, pero se formó en la cátedra de Carlos Trilnick junto a Gabriel Valansi y Charly Nijensohn. Estrechas amistades que marcan su obra y su vida.

Le gusta hacer en colaboración. Trabaja de manera procesual, meticulosa y a veces obsesiva. Sus obras van atravesando capas de complejidad. Y lógicas racionales/científicas e irracionales/místicas que se retroali- mentan. Parece una contradicción, pero no lo es. Éste es su método.

 

Por una cabeza

En el Chela (Centro Hipermediático Experimental de Latinoamérica, Buenos Aires) Ferlat continúa desarrollando otros trabajos. Los papeles están temporalmente guardados. Decide escanear su cabeza en 3D.
De este archivo digital surge la pequeña escultura que también forma parte de CRUDO. De la escultura, surgen las fotografías que completan la exposición. Cabeza rapada, mirada fija. Rostro inmóvil, pero relajado. Piensa, contempla y repasa el presente, el pasado, el porvenir. Nos interpela con su mirada. En tiempos de globalización y fragmentación del sujeto colectivo: ¿Es posible la cooperación entre sujetos?

¿Puede surgir de un proceso de poder distribuido y autoorganizado? Ferlat esboza una respuesta en Ecos de la Impermanencia (Escultura generativa, 2009 4) y CRUDO también hunde sus raíces en estos interrogantes.

 

CRUDO

Junto a su amigo Rodrigo Ezcurra, Ferlat consolida el proyecto CRUDO. Se trata de una máquina de retratos eternos, donde
las fuerzas de la naturaleza animen un artefacto que construya y destru- ya retratos de forma cíclica y eterna. Ferlat descompone esta compleja idea en una serie de fotografías y esculturas (que son las que hoy vemos en esta muestra). Partiendo de lo digital, las obras van al encuentro de la naturaleza.

Ferlat crea objetos y Ezcurra escribe:

“Vivimos en la era de los plásticos, en la era del nylon, en la era del vinilo (…) ¿Es posible una vida sin petróleo? (..) Nos acercamos a lo orgánico desde el petróleo crudo. (…) jugando con la energía robada del mundo de la sub-tierra (…) Quizás lo que se muestre sea algo para mirar. Pero el verdadero trabajo tiene que ver con buscar las raíces del hombre. (…) La idea de “hombre” es algo histórico (…) y circunstancial. Pero hay fuerzas, que estuvieron siempre: la creación, la destrucción.El trabajo consistirá en encontrar esas fuerzas, esas energías, en nosotros mismos, hombres conscientes de nuestra propia existencia y de nuestra muerte. (…)

 

“El sol no salta repentinamente a la altura del cenit, sino que vence con paulatino aumento de luz las tinieblas y penumbras”.

 

Todo viaje, como la vida misma, tiene su ciclo.
En 2011 la larga trayectoria de esos materiales aparentemente dispersos coinciden en un mismo destino. Papeles, escultura, fotografías y petróleo, forman un proyecto que sabe brillar.